Publicado en El Plural el 1de diciembre de 2011
¿Sabéis lo que es la hipotricosis? Pues es una no-enfermedad pero con nombre de enfermedad que consiste en tener pocas pestañas (las mujeres la padecen, los hombres no) No hay ningún número de pestañas ideal o necesario y aunque la industria de la estética ya lleva tiempo empeñada en que las tengamos más largas y más espesas, hasta ahora era una cuestión menor que se solucionaba, quien quisiera, poniéndose rimmel. Ahora, quien tiene pocas pestañas “padece” hipotricosis; y no es lo mismo. Allergan (la misma empresa que fabrica el Botox) anuncia que las pestañas débiles requieren de una intervención médica y que ellos tienen el remedio, una loción que hay que usar día tras día, todos los días de tu vida. Esto puede parecer risible pero lo cierto es que cuando comience la campaña, cuando los médicos se sumen a ella y receten la loción, cuando los seguros médicos lo ofrezcan, cuando los psicólogos la recomienden para subir la autoestima…nos miraremos en el espejo y casi todas nos veremos con menos pestañas de las que se supone que hay que tener.
Todo esto se apoya en una enorme inversión publicitaria que se intenta hacer pasar como no publicitaria, como científica, incluso como feminista. El objetivo es siempre la mayor comodidad de la mujer y el aumento de su calidad de vida. El otro día un periódico publicaba en su sección de sociedad y con el título “La belleza más íntima”, un publirreportaje cuyo único objetivo es que las mujeres comencemos a “percatarnos” de un problema que no sabíamos que existía: que existe algo así como un canon de belleza respecto al clítoris. Cualquiera sabe que no hay dos clítoris iguales y que tratar de ajustar esa parte de la anatomía femenina a un modelo ideal es completamente ridículo. Pues ya no.
¿La excusa? Como no podía ser de otra manera: rejuvenecerlo y que nos sintamos mejor. Ahora que ya no queda ninguna parte visible de la anatomía femenina que escape a la presión del bisturí, la emprenden con el clítoris. No existe ya un solo pedazo del cuerpo femenino que no sea susceptible de mejora, incluso de enfermedad, aunque siempre curable. Dentro de nada los clítoris serán todos como comienzan a ser las caras de las mujeres de cierta edad; todas parecen Carmen Lomana. Y todas, incluso las que queremos hacer caso omiso de esas cosas, terminaremos por encontrar que nuestros clítoris son raros o feos.
El clítoris no molestaba nunca por su tamaño hasta que se empezó a hacer que molestara. Si por la ropa y la comodidad fueran todavía no he visto que se anuncie en ninguna parte operaciones para el acortamiento del pene, con lo incómodo que debe ser tenerlo grande y tratar de ponerse un pantalón ajustado. Pero son cosas distintas, claro. Según las reglas del patriarcado el pene tiene que ser siempre grande; según las mismas reglas las mujeres tienen que parecer niñas lo más posible, y si además se crea una demanda que no existía y así se abre un nuevo mercado mejor aun.
Sin que nos hayamos siquiera enterado en qué momento se ha decidido un canon de belleza para el clítoris, (NUESTRO clítoris, y sin que nosotras hayamos dicho nada) ya se nos dice que éste tiene que medir entre 4 y 10 milímetros. Hasto hoy mismo jamás se me había ocurrido que hubiera ninguna razón para medirse el clítoris que era siempre del tamaño que fuera, grande o pequeño abultado o escondido. Como verdaderamente es dificil de argumentar que el tamaño del clítoris moleste a nadie, en el artículo ya nos aclaran que la incomodidad es psicológica, ¡acabáramos!. Si tu clítoris mide más de esos fatídicos 10 milímetros, entonces tu propio “complejo” te dificultará las relaciones sexuales. También si mide menos, aunque eso es más infrecuente. Pero el clítoris no es lo único que se puede retocar. Se nos explica que si los labios vaginales son asimétricos también hay que operarlos porque vértelos dispares (¿tenían que ser simétricos?) hará también que descienda tu autoestima lo que ya sabemos que te impedirá tener relaciones sexuales.
A todo esto hemos de suponer que cuando dicen «relaciones sexuales» se refieren siempre a relaciones sexuales heterosexuales y penetrativas donde el clítoris, la verdad, parece importar poco excepto por el efecto que le produce a él: por su estética, porque sea juvenil, simético, bonito…En fin,el clítoris ha pasado de no ser nada a tener que ser «bonito», lo cual es lo mismo que no ser nada.
Así que resumamos: Si el clítoris es grande no puedes tener relaciones sexuales porque te baja la autoestima y te llenas de complejos, además de no poder ponerte ropa ajustada: operación quirúrgica, te lo cortas. Si los labios son asimétricos no puedes tener relaciones sexuales debido a que te baja la autoestima, te operas y te los igualas; si los labios son demasiado pequeños, no puedes tener relaciones sexuales, también te baja la autoestima, te los agrandas un poco. Y si la vagina es ancha hay que estrecharla para que él disfrute mucho, pero se nos dice que es para que nosotras disfrutemos más, con la vagina y con la autoestima. Yo reconozco que cuando leo estas cosas me entra tal sensación de impotencia, de derrota, de estar inermes ante la barbarie, de ira, de no avanzar que me dan ganas de…mejor no lo digo que luego me acusan de radical.
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