Publicado en El Plural el 20 de noviembre de 2011
Lo reconozco estoy perdiendo los nervios y la cabeza. Me pongo tan nerviosa con estas cosas que me dan ganas de escribir algún post titulado «abajo los hijos», «acabemos con la maternidad» o algo así, pero mi hijo me ha convencido de que no lo haga, dice que sus amigos le van a mirar con lástima. Y aquí lo dejo dicho: Por él no lo hago, porque le quiero; y es que se les coge cariño. Pero después de los horrores recién descubiertos con los locos y locas prolactancia, los insultos que he tenido que aguantar, la gente que no me habla etc. tengo que leer ahora una noticia como la siguiente que copio entera dada su trascendencia. No copio el link no vaya a ser que alguien, despistada, le de por visitar la página y le pase algo. Ahí va (los subrayados no son míos) :
«Pensando en estas Navidades y sumándose también a esta corriente que recomienda que el bebé esté cerca de su madre, Nenuco presenta la Cuna Duerme Conmigo, que tiene menos alcance para los profesionales que la guía del Ministerio de Sanidad y Consumo, pero que probablemente provocará más cambios en la gente de a pie, por promover el colecho desde la infancia. Si las niñas de hoy en día duermen con sus “bebés” al ladito, con una cuna que se acopla a tu cama, es más que probable que el día que sean madres vean perfectamente normal hacer lo mismo. De hecho, si tu hija duerme con un bebé acoplado a la cama, hasta tú vas a normalizar algo que quizás hace unos años veías como síntoma de “blandeza” (ya sabéis, “duermes con tus hijos porque eres blanda”).
En la misma web de Nenuco (sección “Muñecos”), donde muestran una imagen de la cuna, vemos como eslogan la frase “No quiere dormir solito”, que demuestra cuánto han cambiado las cosas.
Sólo una pega, con la cuna y el bebé viene un biberón como accesorio, que yo no habría añadido para hacer del pack un juguete normalizador muy recomendable, pensado para divertirse y para educar en la salud de los bebés. Digamos que el biberón lo vendería como accesorio independiente. Pero bueno, el año que viene, quizás… no queramos que el mundo cambie de un día para otro. La Cuna duerme conmigo de Nenuco puede comprarse a en las tiendas por un precio cercano a los 35 euros».
De la noticia destacaría algunas cosillas. No se trata de una página publicitaria, sino de una web dedicada a la maternidad y la lactancia. La noticia, además, la firma Armando, un señor que no se sabe por qué no duerme él mismo con su bebé pegadito ni se preocupa de que su hijo Armandito vaya aprendiendo también. El artefacto tiene la ventaja, se nos informa, que si tu hija duerme con una cuna adosada, tú misma, madre desnaturalizada, que seguramente soñó con liberarse, te llegarás a dar cuenta de lo mal que lo hiciste y llegarás a «naturalizar» (palabra clave) que la cosa tiene remedio. Tu no lo hiciste, pero tu hija aun está a tiempo.
El artefacto infecto, no obstante, tiene una pega: EL MUÑECO TRAE UN BIBERÓN COMO ACCESORIO. Horror, horror, ese arma de destrucción masiva. Pues que se vaya enterando Armando de que el capitalismo no repara en nada y que como crea que el muñeco se vende mejor con biberón que sin él, pues ahí que lo ponen, sin pensar en el daño que hacen. También cabe la posibilidad de que las marcas jugueteras todavía no hayan descubierto la manera de sacar en los anuncios de Navidad a niñas de siete años dando de mamar a un muñeco gordo; todavía queda un poco raro, pero vamos a darles un par de años y ya encontrarán la manera.
De todo lo que dice Armando en esta noticia lo más cierto es que esto nos demuestra, sí,cuánto han cambiado las cosas, según Armando para bien. Eso no se puede negar, las cosas están cambiando para bien de Armando y de todos los Armandos de este mundo. Y ahora vamos, barra libre para insultarme.
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