LA RENDICIÓN ANTE LA IGLESIA

Publicado el 29 de enero de 2011


He participado esta mañana al acto en el que AMAL, la asociación madrileña de ateos y librepensadores, ha presentado la campaña que están organizando contra la próxima venida del Papa a Madrid en el mes de julio. El acto ha durado cuatro horas que han dado mucho de sí, ha actuado Leo Bassi, que ha estado genial, como siempre. Se ha homenajeado a luchadores por el laicismo y el ateísmo en los años del franquismo entre los que quiero destacar a Lidia Falcón y Gonzalo Puente Ojea que a su vez también han sido dos de los oradores principales.

Puente Ojea, ha denunciado cómo desde una transición que ya supuso una traición a las aspiraciones laicistas de entonces, no ha habido sino una progresiva entrega del estado ante las cada vez mayores exigencias de la iglesia; pero ha  sido específicamente el partido socialista el que, traicionando a sus electores, no sólo no ha avanzado un ápice en la separación iglesia-estado y verdadero laicismo, como prometió que haría,  sino que ha consolidado como ningún otro gobierno la hegemonía de la iglesia entregado a esta institución más dinero que ningún otro gobierno anterior, más beneficios fiscales, aumentado sus recursos materiales y mediáticos. Todo buscando suavizar la previsible oposición de la iglesia ante leyes como las de matrimonio entre personas del mismo sexo, aborto etc. Oposición que por supuesto ha sido igual de virulenta que si no hubieran cobrado.

En este momento la iglesia recibe del estado, de todos nosotros, más de 10.000 millones de euros anuales, lo mismo que Europa ha exigido que España ahorre en el 2011. El gobierno socialista ya ha demostrado de dónde va a ahorrar ese dinero, que no será de lo que le entrega a la iglesia. La democracia española regala a la iglesia católica más dinero que ninguna democracia en el mundo ante el silencio de partidos, sindicatos, políticos, lideres sociales y políticos.

Lidia Falcón ha estado magnífica, emocionante y radical como siempre, hasta el punto que la gente la ha interrumpido con aplausos repetidamente. Su intervención ha recordado que el enemigo principal de las mujeres en el mundo es la iglesia, en todo el mundo y todas las iglesias, y su obsesión por controlar los cuerpos y la libertad de las mujeres. Pero ha sido también muy clara al explicar que la monarquía es incompatible con el laicismo pues no es pensable que el rey se case por lo civil o que no bautice a sus hijos, por lo que, en realidad, el rey es el representante  civil de la iglesia ante la sociedad. Por ello ha abogado por que los luchadores por el laicismo reivindiquemos también la república, pues sólo ésta puede garantizar la verdadera separación iglesia-estado.

Por mi parte, yo he recordado que la iglesia nos ha convertido en el mal absoluto, en el Otro absoluto, ya que somos un colectivo fácil de demonizar socialmente. He explicado también que no se puede estar a favor de una «Ley de libertad religiosa» como la que preparaba el gobierno (y ya ni siquiera prepara) y que sustituía la confesionalidad encubierta del estado por la pluriconfesionalidad. La pluriconfesionalidad no significa más igualdad, sino someter a los laicistas, a los ateos, a los no creyentes, indiferentes o agnósticos, no a una religión sino a más de una, todas con la misma vocación fundamentalista y hegemónica que es la esencia de las religiones.

Finalmente hemos estado de acuerdo en que vivimos en un estado confesional encubierto, en el que se despilfarran miles de millones de euros para tener contenta a una asociación privada de por si muy rica, a una asociación a la que se permite constantemente que mantenga públicamente opiniones antidemocráticas, anticonstitucionales, homófobas, misóginas, y que dichas opiniones las profieran impunemente  delante de  cargos públicos elegidos por la ciudadanía e incluso en sedes políticas e institucionales democráticas.  En definitiva, que la relación del estado con la iglesia católica constituye una situación completamente anómala y escandalosa que merecería mucha más críticas que las que recibe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

FEMINISMO EN LOS PARTIDOS

  A Pedro Sánchez le perseguirán siempre unas palabras que, seguramente, él creyó que eran sensatas o, en el mejor de los casos, inocuas.  F...