INSIDE JOB Y LA IZQUIERDA

Publicado en El Plural el 23 de mayo de 2011


Esta mañana he hablado con mis amigos/as del PSOE que están desolados. Desolados y rabiosos también, pero me parece a mí que esa rabia hay que encauzarla de otra manera. Ocurre que la socialdemocracia que fue una fuerza de cambio, de progreso y de justicia social ha desaparecido en manos del mercado y de las políticas neoliberales, así de simple el diagnóstico, y así de complejo el proceso y la solución. Ocurre que la gente se agarra a las siglas políticas como a un equipo de fútbol: no se admiten errores, la culpa la tiene el contrario y lo que vale es ganar como sea. Los militantes de los partidos se vinculan con sus partidos a través de la magia y el símbolo y desde ahí construyen sus identidades políticas y sus identidades personales también.

Voy a poner un ejemplo. Todos mis amigos del PSOE insistían en que fuera a ver la película Inside Job pero yo me resistía. No tenía ganas de ver lo que ya sé: que los ladrones tienen cara, que todo era perfectamente evitable, que les dejaron hacer, que la política está al servicio la economía neoliberal incontrolada etc. Casi prefería no ver sus caras y dejar a mi úlcera en paz. Pero finalmente un amigo me cogió del brazo y me obligó a ir y fui y, para mi sorpresa, vi muchas cosas que no esperaba ver y que nadie me había contado que vería. Salí de Inside Job pensando que yo no había visto la misma película que todo el mundo porque después de leer todo tipo de opiniones sobre la misma y de hablar con muchos amigos, lo que nadie me había contado era lo que a mí me pareció más impactante. Lo que a mí me ha parecido más relevante de la película es que se nos muestra claramente que el político que permitió que todo pasara, el que propició en realidad que pasara, el que completó la desregulación del mercado financiero, el que facilitó que las financieras encontrarán el campo libre para sus manejos, el que acabó con cualquier control político sobre la economía, fue Clinton. Uno de los integrantes de ese engendro que se llamó Tercera Vía que acabó con la socialdemocracia.

La segunda cuestión que Inside Job deja claro y de la que nadie me había hablado tampoco es que muestra claramente que Obama, a pesar de sus declaraciones enfáticas acerca de la necesidad de hacer una política diferente, cuando puede tomar decisiones acerca de esas personas que se han lucrado ilegítimamente, esas que con sus decisiones han provocado la pobreza de tantas otras, así como los recortes en derechos de la mayoría; opta por dejarlas seguir haciendo, opta por dejar a las mismas personas en los mismos puestos. No digo ya despedirlas, ni siquiera juzgarlas, es que las deja seguir ahí, manejando los entresijos de la economía mundial. Los mismos que provocaron la ruina son después los que trabajan en los mismos sitios y se supone que para arreglarla. Obama por inacción, y Clinton por acción dolosa, son también culpables de mucho de lo que sufrimos hoy.

Eso es lo que yo he visto en Inside Job. Y lo mismo podríamos decir de nuestros socialdemócratas a pequeña escala. Una de las características de esta situación, de este tiempo, que vivimos es que son las mismas personas las que trabajan con gobiernos socialdemócratas, liberales, ultraliberales…son las mismas personas aquí y allá, salidas de las mismas universidades de élite, de los mismos Think Tank, las que trabajan en las mismas empresas, las que trabajan en las mismas multinacionales, en las mismas financieras; esas personas que manejan la economía,  después entran en política y después vuelven a sus financieras. Son esos que dirigen gobiernos y después asesoran a eléctricas, o asesoran a financieras y después son ministros, o trabajan en un grupo dedicado a la construcción y luego les encontramos planificando leyes de vivienda. Están ahí, son los mismos y todos conocemos sus nombres. En el gobierno de Zapatero hay varios y ahí han estado siempre, asesorando, dirigiendo en la sombra…dirigiendo ¿qué tipo de política? Una política desde luego no socialista.

Yo tengo un enorme respeto por los votantes socialdemócratas y estoy convencida de que la inmensa mayoría son personas de izquierdas. Pero estoy convencida de que nada de esto puede cambiar hasta esas personas que llaman a sí mismas socialdemócratas no se den cuenta de que estos partidos (sindicatos incluidos) han dejado de serlo, que sus líderes han dejado de serlo, que las personas que dirigen las políticas económicas de los gobiernos y de los partidos llamados socialdemócratas son ellas mismas neoliberales y que estos partidos están penetrados hasta la médula por “asesores” en políticas económicas que son esos que Obama no quiso o no pudo cambiar. Hasta que los votantes no exijan de verdad a sus dirigentes verdaderas políticas de izquierdas, no habrá nada que hacer.

Para eso hay que enfrentarse a la participación política y social con la razón y no sólo con el corazón, como hacemos. Para eso hay que ver Inside Job y ver más allá de los banqueros y financieros y preguntarse ¿Dónde estaban los políticos? ¿Dónde estaban los nuestros, los políticos que se llaman de izquierdas, qué hacían, a qué se opusieron, qué hicieron para cambiar las cosas? La ciudadanía tiene que levantarse en la calle como está haciendo, pero los militantes del PSOE tienen que hacer lo mismo en su partido, y los socialistas franceses, y los portugueses, y los griegos y los británicos, todas las personas que están en los partidos socialdemócratas tienen que empezar a exigir políticas de izquierdas, y no echar la culpa, como ya se está haciendo, a los únicos que se han levantado para exigir que esas políticas se hagan, los jóvenes del movimiento 15M.

¡Todos y todas a las plazas porque es ahí donde ahora está la única izquierda posible! Y si hay otra que nos la presenten.


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