Publicado en El Plural el 25 de enero de 2011
Víctimas de la misogina, del machismo recalcitrante, del odio a la igualdad, de la justicia injusta, de los políticos ciegos…de los periodistas que no hacen su trabajo. Muchas mujeres maltratadas están perdiendo la custodia de sus hijos por culpa de un síndrome que no existe, el llamado SAP, síndrome de alienación paternal, que no reconoce ninguna instancia ni organización médica, que se inventó un maltratador norteamericano como una nueva manera de amenazar y de intimidar a las madres para que renuncien a denunciar el maltrato, o para que no se separen, con la amenaza de que si lo hacen pueden perder a sus hijos.
Y se sigue pensando y sosteniendo que un maltratador puede ser un buen padre, como si ambas cosas no fueran absolutamente incompatibles. Así que si un niño o niña ve como su padre maltrata, insulta, humilla a su madre y como consecuencia de esto no quiere verle ni en pintura, el juez, los fiscales y peritos, en lugar de tratar proteger a ese niño del maltrato paterno achacan su rechazo a la madre, de la que dicen que le ha lavado el cerebro. Como consecuencia ésta pierde la custodia de sus hijos y si se niega a entregar a su hijo al maltratador, entonces va a la cárcel. ¿Se han creído que es tan fácil para un niño o niña mentir a un abogado, a un perito psicólogo, a un juez? ¿Se han vuelto locos? No, locos no. Aquí no hay ningún loco.
Lo que ocurre es que el único síndrome que existe es el del rey amenazado que padecen muchos hombres y muchos maridos. Un síndrome muy peligroso para las mujeres, porque les vuelve locos de rabia. Este síndrome se distribuye igualitariamente entre camareros y jueces, psicólogos y policías, médicos y fontaneros; no entiende de clases ni de estudios, sólo entiende de género. Todos ellos necesitan urgentemente terapia y las demás necesitamos urgentemente leyes que nos protejan de todos ellos, de los que maltratan de hecho, de los que maltratan de palabra, de los que maltratan por omisión.
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