SACAR O METER EN EL ARMARIO

Publicado en Miralés el 4 de septiembre de 2011



Desde que escribí mi libro sobre Dolores Vázquez en el que denunciaba la manera en que la prensa mete en el armario a las lesbianas, quieran o no, se me ha quedado una especie de sexto sentido que me hace estar atenta en cuanto sale una noticia sobre lesbianas. En mi libro denunciaba la manera en que “el armario” funciona como un instrumento de la lesbofobia y se usa metiendo en el mismo a las lesbianas con el objeto de que no se las vea, porque la visibilidad es la principal herramienta de normalización y empoderamiento. Si hace muchos años se trataba de sacar a la gente del armario a la fuerza, porque en el momento en que estaban fuera la lesbofobia social e institucional se encargaba de destrozarles la vida, ahora se trata de armarizarlas, especialmente si las personas en cuestión pueden convertirse en referentes positivos para todas las lesbianas. El llamado “respeto” encubre en muchas ocasiones la más burda lesbofobia. El mundo del corazón y las famosas es muy proclive a estos comportamientos.

Todo esto viene a cuenta de un reportaje sobre la actriz Elena Anaya aparecido en la revista del corazón Cuore y su posterior comentario en otra revista del corazón, esta digital: Vanitatis. Ambos reportajes los podéis ver aquí:http://bit.ly/qxu66W.

El reportaje de Vanitatis es una crítica al reportaje de Cuore porque esta revista saca a Elena Anaya desnuda en la playa y besando a su pareja, otra mujer. Vanitatis critica que Cuore saque del armario a Elena Anaya y lo considera una falta de respeto a la actriz, además de que adelanta que ésta se llevará un gran disgusto y que puede interponer medidas legales. Yo lo veo muy diferente. Creo que Cuore no saca del armario a nadie, porque alguien que está en una playa pública desnuda y comportándose con naturalidad con su pareja no está en ningún armario. Está claro que Elena Anaya no esconde nada. Sobre si eso tiene que salir en portada de una revista pienso que el tratamiento que se le debe dar tiene que ser el mismo que el que se de a los demás famosos; yo estoy harta de ver en las revistas del corazón a famosos y famosas en topless o desnudos y retozando con sus parejas como les viene en gana.

No veo nada diferente en el caso de Elena Anaya, excepto el ojo de la revista Vanitatis. Me parece que hay mucha más lesbofobia en el reportaje de Vanitatis, empeñada en que Elena Anaya tiene algo que ocultar, o que tiene que preocuparse por lo que se vea y lo que no (antes de que ella diga algo) que en el reportaje de Cuore que, como digo, al fin y al cabo trata a una actriz famosa como a cualquier otra actriz famosa que se estuviera bañando desnuda y con su novio. Si la gente tiene derecho a estar en la playa sin tener por eso que salir en una revista eso es otra cuestión, pero parece que los jueces ya han dicho que si estás en un sitio público donde cualquiera puede verte, cualquiera puede también fotografiarte. Yo estoy de acuerdo con eso, porque lo contrario sería como establecer por ley que es más vergonzoso, en tanto que merece estar oculto, estar sin bañador que con él, ser heterosexual que homosexual.

Cuando los telediarios sacan imágenes de las playas en verano para ilustrar cualquier información, siempre hay mujeres haciendo topless a las que supongo que reconocerán todos sus amigos y familiares y a las que no se ha pedido permiso para salir en televisión. Pero la regla es que si estás en un sitio público donde cualquiera puede verte, pues eso: cualquiera puede verte, no pasa nada.

Según el artículo de Vanitatis, “todo apunta a que (…) la información recogida por la revista (Cuore) generará numerosas críticas por parte del colectivo gay, e incluso del gremio de la profesión, que no entienden este outing forzoso de ciertos famosos”. Pues no, ni es outing forzoso, ni creo que el colectivo gay proteste (o no debería protestar). ¿Por qué? ¿Por el hecho de que qué Elena Anaya esté completamente fuera del armario? Pues no, por eso no vamos a protestar.



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